consejos para pintar paredes

Hoy vengo a darte diferentes consejos para pintar paredes. Porque, sí, hacerlo tú misma es súper fácil y más barato, evidentemente, que si contratas a un profesional. El resultado no será tan bueno, probablemente, pero sí que conseguiremos uno más que aceptable con unos cuantos tips a tener en cuenta y un poco de paciencia. Como siempre digo, todo en esta vida cuesta tiempo o dinero, así que si no queremos pagar porque nos pinten… ¡Tenemos que pringarnos nosotras!

Pintar paredes no solo viene bien para dar un look totalmente diferente a la estancia, sino también para sanear y limpiar un poco. Aunque vayas a mantener el mismo color, una mano de pintura servirá para eliminar destrozos, manchas, y volver a dar luminosidad a la pared (eso sí, no siempre hace falta pintar solo para sanear, prueba a lavar la pared y alucinarás).

En mi casa, estoy pintando, poco a poco, los pasillos. Tienen muchísimos recovecos (son muchas escaleras) así que me lo tomo con calma. Y también he pintado otras habitaciones, como mi taller, el vestidor, o recientemente el salón (que pinté entero de blanco cuando llegamos y ahora le he añadido una pared verde). Vamos, que a base de práctica ya tengo algo de experiencia y os voy a contar algunos tips y consejos que he ido aprendiendo. Cuando por Stories subo algo de que estoy pintando, siempre hay alguien que me dice que no se atreve a hacerlo… ¡Así que os animo a ello! Es muy fácil. Vamos con esos consejos para pintar paredes 🙂

Antes de pintar…

Elige color

Esta es seguramente la tarea más importante de todas. Elegir el tono ideal para tu pared. No debería elegirse a lo loco, debes asegurarte de que encajará con los demás elementos decorativos de la estancia.

En el caso de la pared verde del salón, fui totalmente a lo loco. Me acerqué a la tienda de pinturas más cercana, pedí la carta de colores y elegí uno. Yo ya tenía el color totalmente claro en mi cabeza, así que escogí el que, pensaba, se acercaría más a esa tonalidad exacta, y me lo hicieron en el momento. Al comenzar a pintar, hubiera preferido que fuera un poquito menos saturado y más oscuro, pero ya tenía el cubo entero de pintura comprado, así que… Para adelante. Aun así, estoy contenta con el resultado.

Si eres más indecisa y no te atreves a «jugártela», hay más opciones para ir sobre seguro. Te recomiendo este post de Dr. Livinghome sobre Cómo decidir de qué color pintar tu casa.

Por otro lado, cuando ya tenía este post en borrador, desde Bruguer me enviaron su último lanzamiento y me ha parecido interesante añadirlo. Se trata de los Testers, unos pequeños rodillos que te permitirán hacer pruebas antes de invertir en un bote de pintura entero. Los puedes aplicar sobre la pared directamente o en un papel en blanco, y así comprobar cómo queda el color realmente, cómo combina con los demás elementos de la habitación, etc. ¡Me parece una idea muy buena! Los puedes pedir aquí.

Compra herramientas

Para pintar paredes, necesitaremos un rodillo. Pero, ojo, hay diferentes para paredes lisas o con gotelé, así que fíjate a la hora de comprarlo.

También me parece imprescindible una brocha para rincones pequeños. Ésta me gusta que sea blandita y redonda, no las planas de manualidades.

Un escurre rodillos y cubeta para volcar la pintura también.

Por último, la cinta de carrocero para proteger algunos elementos.

Y agua, muy importante como veremos más adelante.

Comprueba la pared

Antes de pintar, es conveniente comprobar el estado de la pared. Esto muchas veces es imposible de saber a simple vista. Lo que yo hago es dar unos golpecitos con los nudillos. Si suena sólido, es que no dará problemas. Por el contrario, si suena a hueco, eso significa que lo que tiene es una pintura de mala calidad o que no está totalmente adherida. ¿Y cuál es el problema? Que, probablemente, cuando empecemos a pintar, la nueva levantará la anterior y la liemos parda. Lo digo por experiencia, porque eso me pasó a mí cuando comencé a pintar los pasillos.

¿Cuál es la solución? Si vemos que la pintura está en mal estado, podemos levantarla y lijarlo todo, o, mucho más fácil, comprar un fijador y aplicarlo en la pared antes de pintar (además de seguir los consejos de más adelante).

Mientras pintamos…

Limpia

Lo primero es limpiar la pared. No hablo tampoco de un refrote en profundidad, pero sí pasar el plumero y un trapo para eliminar pelusas varias. Si no, cuando empecemos a pintar las arrastraremos.

Protege (a medias)

Yo era de las que forraba absolutamente todo antes de pintar. Y al final tardaba más en proteger y luego quitarlo todo que en el hecho de pintar. Así que me he vuelto más práctica. Tengo una fregona a mano y un trapo húmedo, y cuando veo que voy manchando suelo o elementos que no debería, limpio enseguida. ¡Ni rastro! A lo mejor si tienes un suelo muy nuevo o muy delicado sí merece la pena proteger, pero si no, con la fregona vale. Y sí, pongo cinta de carrocero en rodapiés o si voy a hacer dibujos o contrastes, pero para enchufes y demás, tiro de trapo.

Mucha luz

Lo ideal es pintar con una buena luz natural de un día claro. Si no es posible, que sea artificial, pero que no falta. Con poca luz, no veremos bien cómo estamos pintando y tampoco veremos un resultado veraz.

Mezcla la pintura con un poco de agua

No solo hará que te cunda mucho más el bote, sino que es recomendable a la hora de pintar. La pintura sin mezclar pesa más y entonces provoca complicaciones (por ejemplo, que levante la que tiene debajo). Así que mezclara con un poco de agua aligerará su peso y no afectará al color ni al número de manos que tenemos que dar.

Eso sí, es importante que mezcles la pintura con el agua en la cubeta o en otro recipiente. No eches directamente agua a la lata, ya que, si luego tienes que guardar lo que ha sobrado, no se mantendrá correctamente.

Escurre bien

Antes de pasar a la pared, escurre bien el rodillo y quítale la pintura sobrante. Si va más cargado de pintura no terminarás antes, lo único que conseguirás es que queden lamparones.

Mi salón, el otro día, mientras daba la primera mano. Puedes ver la fregona en acción 😛

No aprietes

Otro error que cometía yo mucho es apretar el rodillo contra la pared al pintar. Y también es malo para la pintura y para la que tiene debajo. Hay que hacerlo con suavidad, con calma y poco a poco. Déjalo que ruede.

Ve por orden

Mola mucho empezar por el centro de la pared y ver el contraste, pero lo ideal es que vayas por orden. Primero, porque así vamos dando tiempo al lado derecho a secarse mientras estamos con el izquierdo. Segundo, porque nos garantizamos no dar capas de más.

Espera a que seque

Y es que lo de no dar capas de más también es importante. Al menos, no dar muchas pasadas extra mientras la pintura no está seca. Porque terminaremos humedeciendo mucho la pared y puede provocar problemas. Por eso es importante ir en orden. Da una mano, y cuando ya esté seco (al menos parcialmente), vuelve a pintar. Pero no pases 10 veces por el mismo sitio recién pintado.

Además, antes de secarse, la pintura empezará a hacer parches y tú te asustarás porque piensas que no está bien pintada. Tranqui, dale tiempo y verás cómo se unifica.

Espacios altos

Para la mayoría de paredes no te hará falta un extensor, simplemente puedes subirte a una escalera o a una silla. En el caso de necesitarlo, algunos rodillos tienen un agujero al que puedes meterle el palo de la escoba antes de gastar dinero en ello.

Y el techo…

Si tienes que pintar el techo, hazlo antes que la pared. Así, si caen gotas de arriba, no te estropearán lo que ya has pintado.

Después de pintar

Limpia el suelo

Friega bien el suelo y todos los elementos que se han podido manchar, tanto con la fregona como con el trapo húmedo.

Y también los materiales

Para lavar el rodillo, las brochas y la cubeta, basta con ingentes cantidades de agua. El rodillo es lo más puñetero, pero basta con darle mucha cantidad y apretarlo bien, hasta que al escurrir el agua salga totalmente limpia. Puedes añadir un poco de jabón si lo ves necesario.

Después, te recomiendo que, si puedes, dejes la cubeta llena de agua y el rodillo dentro, y lo mantengas así. De esta forma no se quedará «tieso» hasta la próxima vez que pintes. Si no tienes espacio para guardar así la cubeta, puedes guardar el rodillo en una bolsa de plástico justo después de lavarlo.

Revisa las paredes

Unos días después, examina la pared, por si hay algún resquicio que no se ha quedado bien pintado. Si es así, con una brocha puedes ir dándole a esos pequeños espacios.

 

Para que os hagáis una idea del tiempo, la pared que veis verde del salón, que no tiene muchas complicaciones ni recovecos, la dejé lista mientras veía Una Rubia Muy Legal, que dura exactamente 96 minutos 😛

¡Y eso sería todo! Siguiendo estos consejos para pintar paredes quedarán estupendamente, y sin demasiada complicación.

¿Te animas a pintar paredes?

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10 respuestas

  1. Muy interesante, Carmen! A mí me cuesta muchísimo acertar con los colores. Lo de los Tester de Burger me parece muy necesario y no entiendo cómo no tienen algo así todas las marcas. De verdad que cambian mucho los colores de la carta a la pared y me da una rabia no tener la opción de comprar muestras… Yo estoy detrás de un verde grisáceo que no consigo, en papel es el color perfecto y luego la pintura real dista mucho de lo elegido 😅
    Tu pared verde me encanta!

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