Nuestra boda tipo cóctel en Granada

¡Ya iba tocando! Hoy, por fin, publico el post sobre nuestra boda. Han pasado dos meses, y la verdad es que me apetecía mucho compartir algunos detalles por aquí. Sobre todo en lo que respecta a ideas, decoración, DIY, proveedores y cosas que puedan inspirar a futuros novios, no va a ser un post de cosas personales 😛 Así que, ahora sí, arrancamos con nuestra boda tipo cóctel en Granada.

Desde que empezamos a organizar y a pensar en boda, tuvimos claros varios puntos: queríamos que no hiciera calor, que fuera en el centro de la ciudad, que fuera tipo cóctel y pequeña, con pocos invitados. Fruto de esas decisiones llegamos al 18 de marzo, y la celebramos en Jardín de Gomerez, un palacete prácticamente desconocido para los granadinos, que sorprende por sus salones y sus jardines. A nosotros nos encantó desde el minuto 0, tiene ese puntillo decadente que me encanta, y la verdad es que fue el sitio perfecto para la celebración que queríamos.

Siendo 18 de marzo, oficialmente es invierno todavía, y por las fechas nos arriesgábamos a que lloviera. Como el sitio tenía salones ya contábamos con un plan B, pero la verdad es que nos hizo un día estupendo y pudimos disfrutar de los jardines en todo su esplendor.

Pero volvamos al principio. Puesto que el sitio de celebración lo alquilas y tienes que buscar todos los demás proveedores, para que no nos volviéramos muy locos desde el principio contamos con la ayuda de Almudena Bulani. Almudena es clienta, y ya amiga, desde hace varios años. Era consciente de que es una gran profesional, y después de la boda puedo constatarlo. Fue una ayuda indispensable, tanto en los previos como en el día B, y desde luego puedo decir que contratar una Wedding Planner es una gran decisión. Ella nos ayudó con la toma de decisiones, nos recomendó los proveedores que más se ajustaban al tipo de boda que queríamos, y estuvo pendiente en todo momento de cada detalle. ¡Un 10!

Las invitaciones, además del resto de papelería y cartelería, evidentemente las diseñé yo. En este vídeo puedes ver con más detalle el proceso de las invitaciones.

Ahora, ya sí, vamos hasta el día B. Yo me vestí directamente en el sitio de la celebración. Fue una sensación muy diferente llegar, verlo solitario, con las decoraciones a medio montar, y saber que ese día, en ese mismo sitio, me casaba. Esos momentos me los guardo para mí.

Me maquilló Beatriz Abad, una increíble profesional, que me hizo sentir cómoda en todo momento. Era la primera vez que me maquillaba alguien, y captó mi estilo al momento. A los mandos de la peluquería, evidentemente, estaba mi prima María Rosales, a la que adoro, y además fue muy especial compartir esos momentos con ella. Quería un peinado desenfadado, con el que me sintiera cómoda, y dio en el clavo.

Con respecto al resto del look: mi vestido es de Asos. Sí, has leído bien. Me casé con un vestido que me costó 200€. Yo respeto en lo que se gasta cada un@ su dinero, pero no concebía gastarme 4 cifras en un vestido para ponerme solo un día. Además, que no me iba a sentir cómoda ni me iba a sentir yo. Por supuesto, no me quedé sin mi “prueba de vestidos“. Compré 4 en Asos, vinieron mi madre y una amiga, compramos champán y pasteles, y me los probé. Este vestido fue un flechazo a primera vista. Es cierto que, con respecto a la calidad, algunos de los vestidos que recibí dejaban un poco que desear. Pero también se le descosió a mi prima en mitad de su boda un vestido de marca famosa, así que…

Y, por supuesto, me casé con gafas. Siempre las llevo, y, de nuevo, no me sentiría yo misma si hubiera hecho lo contrario. Eso sí, busqué un modelo un poco más fino y especial que lo que suelo llevar últimamente, y elegí estas de Vipsual. Por cierto, también las gafas de sol, que las veréis por abajo.

Los zapatos los encargué en Raquel Zapatos. Son personalizados, pude elegir el tejido, color, altura y forma, y la verdad es que son muy cómodos. Las horquillas del pelo son de Arantxa Orantes. Y tanto los pendientes como el anillo que llevaba son familiares.

Aunque el sitio ya de por sí es bonito, brilló aún más gracias al trabajazo de Helen Clau. ¿Y quién hay detrás? Pues nada más y nada menos que las chicas de Entrecactus, mi vivero de confianza. Y es que, por un lado, no queríamos gran presencia de flores, queríamos una decoración más tipo “naturaleza salvaje“, que se fundiera con el espacio. Vamos, más verdes. Y, por otro, teníamos claro que nos queríamos rodear de gente especial, y para contratar a otros, ¡evidentemente contratamos a quienes ya nos cuidan y tratan bien todo el año!

No tengo palabras para agradecer lo bien que se portaron y lo precioso que lo dejaron todo. Por cierto, también son las artífices del ramo de boda de mis sueños, que es una pasada de bonito.

Y llegamos a la ceremonia. Una boda civil que oficiaron nuestros mejores amigos María y Santi, y en la que también hablaron mi hermano Pepe y mi cuñada Patricia. Fue una ceremonia fantástica, en la que no paramos de llorar y reír todo el rato. Entrando y saliendo con música indie y mencionando a Iván Ferreiro en mis votos 😂

Como ritual, todos los que suelen hacer (los de la arena, los lazos, etc) nos parecían un poco ñoños. Y buscando ideas, nos encantó la de la “cápsula del tiempo”. En una caja con llave, metimos todo tipo de objetos que representan nuestro momento actual, detalles de la boda, o algunas aficiones: metimos una foto de Trasto, una bolsa aromática que dimos de regalo en la boda, el sello de lacre y una invitación, el cartel del próximo festival al que iremos, una grulla de origami, y una botella de licor café que hizo Álvaro. Además, una carta que nos escribimos a cada uno. Y una fotografía instantánea que sacamos en el momento y que guardamos sin verla siquiera. La idea es abrirla dentro de 5 años y volver a revivir ese momento, además de leernos las cartas, claro.

No faltó el momento salida con arroz con lavanda, que habíamos puesto previamente en los asientos de los invitados, y que te enseño con más detalle aquí.

Y después de la ceremonia… ¡A comer! Como ya hemos dicho arriba, teníamos muy claro que queríamos una boda tipo cóctel. Que fuera divertida, que la gente no tuviera que estar todo el rato sentada en el mismo sitio, que se pudiera mover y que hubiera muchos córners de comida diferente, para todos los gustos.

Como eran mesas tipo cóctel, tampoco daban para mucha decoración, pero Helen Clau puso unos preciosos centros de suculentas y muchas macetas con cactus y plantas, exactamente lo que queríamos. De hecho, uno de los centros de suculentas me lo llevé a casa y lo planté, así que ya tengo otro recuerdo para siempre. Aquí lo puedes ver.

Por cierto, que la mejor opción para una boda tipo cóctel en Granada es sin duda el catering de La Borraja, que fueron estupendos, captaron toda nuestra idea y nuestro rollo, y son unos excelentes profesionales. Pusieron un montón de corners diferentes y divertidos (triunfó el de huevos fritos) y además muchos canapés y entrantes deliciosos. ¡A todo el mundo le encantó el concepto! Hicieron realidad la boda que soñábamos.

Comimos mucho y riquísimo, pero… ¿Quién no deja hueco para el postre? La encargada de montar la mesa de dulces fue Lussocake, que también es clienta y que tenía claro que debía estar presente en la boda. Pusimos un montón de dulces, pero aun así… ¡volaron!

Para coronar la tarta, encargué una figura de Trasto, que le dio un toque graciosísimo porque la pusimos con la boca manchada de tarta. La pedí por Etsy aquí, y es increíble lo realista que es y la de detalles que tiene.

Tuvimos dos tipos de regalos de boda. Unas bombas de semillas, también obra de Helen Clau, para plantar aromáticas. Y también preparé un rincón para crear bolsas aromáticas para armarios, con diferentes especias y flores para que cada uno la hiciera a su gusto. En este vídeo os lo cuento con más detalle. Ambos regalos útiles, con uso, para que se acuerden de nosotros, y que además están muy relacionados con las plantas y la naturaleza. Fueron un exitazo.

Como la boda era en marzo, mucha gente tenía el miedo de que pudiera pasar frío. Además de varias estufas en todos los rincones de la boda, preparamos un montón de mantas (las básicas de Ikea), con las que la gente arrasó. Siendo una boda de “invierno”, no pegaba poner chanclas o alpargatas para las invitadas a las que les dolieran los pies. La solución fue… ¡zapatillas de andar por casa!

En lugar de libro de firmas, colocamos un montón de discos de vinilo y rotuladores para que la gente nos lo firmara, y los colgaremos en nuestro sótano. Además, no podía faltar un rincón de brillos y glitter a tope, que fue otro exitazo.

¡Ah! Aunque el vestido de Asos era precioso, no era la opción más cómoda para la fiesta. Así que me cambié y me puse un vestido de Lady Pipa, también bien baratito y mono. Además de unas converse, un poco más especiales, completamente blancas y con un ribete festoneado.

Obviamente mi ramo lo quería para mí (además era muy grande como para lanzarlo), así que hice un ramo de flores de papel para este momento tan típico. Tienes el tutorial aquí.

Para la fiesta, hice también yo el Photocall (aquí puedes ver el tutorial), y también hicimos el neón que pusiera Verbena. Además imprimimos un cartón pluma con Trasto elegante para la ocasión. Y pusimos una maleta con un montón de gafas, diademas, gorros, y un sinfín de atrezo, que fue otro exitazo. ¡No sobró nada de nada!

¡Creo que no me dejo nada! Os dejo unas pocas fotos más, que pueden ser inspiradoras. Por cierto, todas las fotografías son de Isa Molina, una fotógrafa estupenda, majísima, súper rápida al entregar, y que nos hizo sentir muy cómodos a pesar de que eso de posar no va con nosotros.

¡Ojo a mi abuela dándolo todo y va a cumplir 100 años el mes que viene!

¡Y eso es todo! Hasta aquí nuestra boda tipo cóctel en Granada 🙂

Me ha encantado hacer este post y revivir todos esos momentos. Fue un día mágico y lo repetiría una y mil veces. Y sí, es verdad lo que dicen… ¡Pasa volando!

¡Feliz día!