¡Hola! Soy Marta, nunca he sido muy artista pero sí inquieta, así que de pequeña hacía collares, luego me enganché al scrapbooking, entre medias me hice el curso de Photoshop de Milowcostblog (superrecomendable) y hace dos años me compré mi primera cámara de objetivos intercambiables.
Las cámaras réflex me pesan mucho y, como me conozco, sabía que no la iba a sacar de casa, así que me decanté por una cámara puente (SonyAlpha 6000), que cuenta con una tecnología similar a la réflex pero pesando mucho menos. Desde que la tengo he hecho algunos cursos y, sobre todo, muchas fotos. Este último año he viajado bastante y me animé a abrir una cuenta en Instagram para motivarme a aprender y mejorar cada vez más: @msierra.a, en la que comparto los paisajes impactantes que me he ido encontrando en esos viajes.
Si tienes una réflex (o una puente) y te da una pereza terrible sacarla de casa o disparas en automático porque no conoces las demás opciones: ¡Enhorabuena, las vacaciones son el mejor momento para aprender y practicar! En este post voy a darte unos truquillos sencillos con los que animarte a salir y disparar.
Para empezar y salir del modo automático pero sin meternos en el modo manual, es interesante conocer otros modos de la cámara en los que podemos modificar alguno de los parámetros y la cámara se ocupa del resto. Uno de ellos, y el que más utilizo yo, es el modo Apertura (A en mi cámara). En este modo podemos modificar la apertura y la cámara calcula la velocidad que necesita para lograr una exposición correcta. Para fotografiar paisajes utilizaremos una apertura de alrededor de f8, para que todos los planos de la fotografía se encuentren enfocados. Además, podremos modificar la ISO, que, de momento, fijaremos en sus valores más bajos (alrededor de 100).
Ahora, ¡ya sólo queda empezar practicar! Aquí van unos consejos para que, este año, tus fotos de vacaciones sean especiales.
En verano la salida del sol es alrededor de las seis y media de la mañana. Sé que pensar en levantarse a las seis de la mañana durante las vacaciones no es muy atractivo. Sin embargo, las luces del amanecer, dotan a los paisajes de unos colores únicos y piénsalo: es el único momento del día en que podrás hacer fotos a la Torre Eiffel sin gente (y luego podrás echarte una buena siesta). Es importante calcular de dónde va a salir el sol para ver si el objeto de nuestro interés va a estar iluminado, va a tener colores bonitos detrás, etc.
En cuanto a los parámetros de la cámara, modo Apertura y f8. Es necesario tener en cuenta que, a esas horas, la cantidad de luz no es muy alta y la cámara va a necesitar más tiempo de exposición para tomar la foto. Esto significa que la cámara debe de estar estable durante toda esa exposición, mediante un trípode o cualquier otro sistema (la pila de chaquetas también vale). Último consejillo: pon el disparador a dos segundos para evitar que la cámara se mueva mientras hace la fotografía.
Durante el día la luz es muy fuerte y los colores de los paisajes pueden difuminarse. Sin embargo, esto también permite que la cámara capte toda la luz que necesita en el mínimo tiempo. Es el momento de hacer fotos de saltos, chapuzones, etc.
También es buen momento para jugar con la profundidad. Dependiendo del objetivo de nuestra cámara, podremos bajar la f hasta un nivel. La f4 nos permiten enfocar el primer plano de la imagen, quedando los planos posteriores a ese punto, desenfocados. Esto da un efecto muy interesante a los retratos, pero también lo podemos hacer con todo tipo de objetos para empezar a practicar.
La puesta de sol es el otro momento álgido de la jornada. Los colores son tan bonitos como en el amanecer (pero suele estar más concurrido). En las puestas de sol el contraste entre el cielo y el paisaje es muy alto y no es posible que las dos zonas salgan expuestas correctamente para tener una foto bonita. Por ello, la mayoría de las cámaras, en el menú de disparador, tienen una opción de bracketing. Con él, la cámara va a disparar varias fotos variando la exposición. En Photoshop o Lightroom podremos superponerlas para tener una única foto con todas las zonas correctamente expuestas.
Para fotos más sencillas, busca un punto del paisaje que no tenga el sol detrás y a fotografiar esos colores especiales que aparecen en el cielo con la puesta de sol.
También es muy interesante la luz justo después de que el sol se haya puesto, la conocida como “hora azul”. Todavía no es noche cerrada y el cielo tiene un color azul penetrante. Es momento de poner la cámara en el trípode o similar (el tiempo de exposición va a ser ya un poco alto por la falta de luz) y fijar la apertura de paisaje (alrededor de f8).
Por último, es muy interesante jugar con las largas exposiciones. De noche, al fijar un apertura de f8, la cámara va a necesitar varios segundos para captar toda la luz que necesita. Si en la imagen que captamos pasan coches o nos ponemos a hacer figuras con una linterna, la imagen final mostrará todo el recorrido de la luz. En este caso, con los tiempos de exposición tan largos es todavía más imprescindible que la cámara esté estable durante todo el disparo. Podemos fijar aperturas incluso más pequeñas (f10, f12) para conseguir una exposición más larga y tener efectos más llamativos.
Hasta aquí los consejillos, ahora sólo queda practicar, conocer la cámara y empezar a mirar con otros ojos esas zonas veraniegas que pueden dar mucho juego.
¡Que lo disfrutéis!