consejos para trabajar en casa y aprovechar el tiempo libre

Si el otro día hablamos de los peques, hoy toca hacer lo propio con los mayores. En estos días de confinamiento, a muchos os han implantado el teletrabajo. Yo llevo trabajando en casa desde que me hice autónoma en 2014. Así que os voy a dar algunos consejos para trabajar desde casa y diferentes cosas que he ido aprendiendo estos años.

Por supuesto, no es una situación comparable: yo cuento con una habitación propia para trabajar, no tengo hijos, y realmente esto no me ha alterado mucho la rutina. Pero sí os pueden servir algunas pautas. Estos días no paro de leer a gente dando consejos al respecto, y estoy de acuerdo solo en algunas cosas. Por supuesto no soy ninguna experta, simplemente os daré mi opinión y mi punto de vista 😉

¡Allá vamos!

Quítate el pijama…

… Pero tampoco te vistas de gala. No paro de ver gente estos días maquillándose, poniéndose prendas imposibles, monísima de la muerte, para enseñarlo en Instagram. A no ser que tengas una reunión muy importante, tampoco hay que volverse locos. Estoy muy de acuerdo con que hay que quitarse el pijama, pero lo ideal es cambiarlo por otras prendas cómodas. Las prendas por excelencia de los freelance son los leggins y las sudaderas. Por algo será 😉

Y no es por nada. Yo, por ejemplo, tengo la vejiga muy sensible. Me resulta impensable pasarme 8 horas sentada en una silla con unos vaqueros apretándome todo, y unos botines con los que luego me duelan los pies. Hay que estar a gusto y saludable. Desde hace varios años (desde que tengo perro), mi máxima es: trabajar con algo cómodo con lo que, si saliese a la calle a hacer un recado y me encontrase con un conocido, no me diese vergüenza que me viera.

¡Ah! ¡Y dúchate! Parece una tontería, pero cuando no tenemos que salir a la calle y entramos en una mínima sensación de tristeza o desazón, se nos olvida muy rápido. Te lo digo por experiencia 😉

Huye del sofá y la tele

No hablo de las horas de tiempo libre (de eso nos ocuparemos más abajo), sino de tu jornada laboral. Lo ideal es habilitar un espacio que sea solo para eso, para trabajar. No siempre es posible y en ocasiones habrá que recurrir a la mesa de comedor o a algún tocador en el dormitorio. Sea como sea, no trabajes en el sofá. Es malo para la espalda y además poco a poco te irá atrapando hasta que llegue un momento en el que no puedas salir de ahí 😛

Y por supuesto, no enciendas la televisión. Menos aún si no estás acostumbrad@ a trabajar desde casa. Yo muchas veces veo series mientras curro, pero siempre cuando hago tareas más repetitivas, que no me obligan a pensar (por ejemplo, si tengo que escribir, como estoy haciendo con este post, no puedo ver ni oír nada). Pero ya estoy acostumbrada.

Respeta tu jornada laboral

Estás trabajando desde casa, sí, pero eso no significa que tengas que trabajar de más. Ponte un horario de trabajo (me refiero a una hora de inicio y de fin) e intenta respetarlo. Sobre todo si estás trabajando por cuenta ajena. Porque una cosa es que yo, que soy mi propia jefa, decida echar horas de más, y otra es que tú se las regales a tu empresa.

Con respecto a organizar el trabajo en sí, y reflejarlo dentro de un horario más detallado, eso ya lo dejo a las necesidades y el tipo de profesión de cada uno. Por ejemplo, a mí me es imposible decir que de 10 a 11 voy a estar haciendo una cosa y de 12 a 13 otra, salvo que tenga alguna reunión agendada. El resto del tiempo me organizo por tareas: me hago una lista de cosas que tengo que hacer ese día y voy tachando. Me organizo para poder hacerlas del tirón y no dejar ninguna a medias. Pero como digo esto dependerá del trabajo de cada uno.

Olvídate de la cocina…

… Y respeta las comidas. Me explico. Por un lado, evitar estar cada dos por tres visitando la cocina para picar. Si necesitas una dosis extra de café a media mañana, planifica en tu horario que a las 11:30 haces un descanso de 15 minutos para estirar las piernas, preparártelo, etc. Y procura dejarte cerca del ordenador todo lo que vayas a necesitas: botella de agua, un plátano, etc.

Por otro lado, las comidas y las cenas se hacen lejos del ordenador. Siempre.

Silencia el móvil

Si esto es una máxima que me impongo durante todo el año, estos días más. Los grupos de whatsapp están a tope, Twitter e Instagram muy jugosos… Olvídate de todo y pon el móvil en silencio. Y si necesitas tenerlo activo por trabajo, silencia absolutamente whatsapp y evita que tus compañeros o tu jefe te contacte por ahí.

Te recomiendo que no lo mires mientras trabajas. Y si lo haces, que sea en la pausa del café, cuando hacemos “aguas mayores” (suena feo pero es LA realidad) o en ratos en los que sí o sí tienes que esperar (cuando se exporta un documento, por ejemplo).

Limítate a trabajar

Salvo que inevitablemente tengas que hacer caso a tus hijos, te recomiendo que las horas que estés trabajando las dediques solamente a eso. Es decir, no te levantes y pongas la lavadora, no llames a tu madre, etc. Limítate a hacer lo mismo que si estuvieras en una oficina. Y si la carga de trabajo es menor estos días, entonces reduce la jornada pero esas horas hazlo a tope. Pero estar “picando” unas cosas y otras al final hace que no seas productiv@ y pierdes mucho más tiempo de todo.

Date tiempo…

… Y respiro. Estamos viviendo una situación totalmente nueva para todos. Incluso gente como yo, que no nos hemos encontrado con cargas extra y ya trabajábamos desde casa (por lo que la rutina no nos ha cambiado mucho) estamos en un estado completamente diferente. Yo llevo varios días como pollo sin cabeza, sin centrarme, totalmente desconcertada y con miedo de lo que pueda ocurrir en los próximos meses.

Pero sé que, simplemente, necesito varios días de adaptación y volver a centrarme. Y si veo que no lo consigo esa mañana, entonces corto de trabajar y me dedico a otras cosas. Así seguro que a la tarde ya tengo más energía y capacidad de concentración.

Con respecto al trabajo en casa, eso es todo lo que se me ocurre por ahora. Como veis, no son cosas realmente difíciles (la mayoría son bastante obvias), pero a mi alrededor veo que estos días se está cayendo en los mismos errores, así que está bien recordarlos.

La segunda parte de este post iba a ser dar ideas para aprovechar todo el tiempo que vamos a tener “muerto” en casa. Pero hay tal saturación de información en redes que no me apetece nada repetir lo mismo ni ser redundante. Que sí, que hagas mucho deporte, veas muchos conciertos en streaming, leas 200 libros, hagas todas la manualidades de Pinterest, te unas a todos los directos de Instagram, veas mil películas alternativas y escuches muchos podcasts. ¡Me explota la cabeza! Si más adelante me da por hacer un post con opciones alternativas y asequibles lo haré, pero por ahora no me apetece.

Lo primero de todo, decir que es totalmente lícito y normal no hacer nada (sobre todo los primeros días), si lo que te apetece es hacer el bicho-bola en el sofá y pasarte Netflix 5 veces. Es muy lógico y yo soy la primera que lo hago muchos días. Claro que hay que desconectar, hay que apagar las pantallas, hay que entretenerse y también cultivar la mente, pero lo que hay estos días en redes es una sobresaturación de planes que lo único que hacen es empeorar la situación.

Lo segundo, es que es conveniente tener una nueva rutina y adaptarla a tu “vida anterior”. Es decir, que si trabajabas y llegabas a casa y no hacías nada, no aspires ahora a teletrabajar, hacer 2 horas de ejercicio diario, cerámica, limpieza a fondo de la casa, leer poesía y ver conciertos en streaming. Hay que ser realista y saber el tiempo real del que dispones (y las ganas).

¿Hacerte un horario? Pues ya depende de la capacidad de organización de cada persona. Para mí es imposible planificar tanto la vida. Por ejemplo, mi “yo flipada” aspiraba a estar tarde ponerme a pintar paredes. Mi “yo realista del ahora” dice que estoy cansadísima y que cuando acabe de trabajar lo único que quiero es tirarme en el sofá. Pero sí que puedes planificar algunas rutinas y luego dejar horas de “actividad libre”, “ejercicio”, “actividad cultural” y luego concretarlo en el momento según lo que te apetezca.

Sí que os voy a hablar de dos opciones que han surgido de mí, y que es lo más novedoso y menos repetido estos días que os puedo ofrecer en este post. En el blog intentaré aportar contenido de mínima utilidad (como esto que estás leyendo) estos días, iré poco a poco conforme lo vaya creando. Te pido paciencia. Pero además de eso, intento ser útil en otros ámbitos. Algunas iniciativas serán gratuitas, otras por desgracia no.

¡Y eso es todo por hoy!

Solo espero que estos días te sean lo más llevaderos posibles, y que te mantengas todo lo fuerte que puedas. ¡Y no olvides lavarte las manos!

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4 respuestas

  1. Hola, pues yo también ando como pollo si cabeza, que creo que es la definición perfecta. No me concentro, me paso horas viendo noticias… y aquí en mi país todavía no inicia una cuarentena en forma, o sea que sí puedo salir y lo hago, pero lo menos posible, parezco ermitaña. Yo también trabajo por mi cuenta en este momento y concuerdo contigo, muchos creen que se la pasa uno trabajando en pijama, pero esto sería lo más deprimente del mundo. ¡Te mando saludos con las manos lavadas!

  2. También es importante tener un buen lugar para almacenar el trabajo que se va generando. Archivos, papeles, material de trabajo… Todo ello ocupa su espacio y es necesario tenerlo localizado para no perderlo, ser eficiente en tu trabajo y no perder la comodidad que ya tienes con una oficina como esta.

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