Hoy nos vamos… ¡Hasta Estocolmo! Elena de Melituca estuvo el mes pasado y nos ha preparado un súper post para visitar la ciudad en tres días. ¡Ya solo falta sacarnos los billetes de avión!No conozco Estocolmo y me han dado unas ganas locas de visitarla. Prepara las maletas… ¡Que nos vamos!
¡Hola! Soy Elena, aficionada a la fotografía y amante de todo lo que tenga que ver con escaparse unos días de casa para conocer nuevos lugares. Hace casi dos años que decidí abrir Melituca, un blog personal en el que tiene cabida todo lo que me apasiona. Como era de esperar, la fotografía y los viajes se convirtieron en una parte importante de mi rinconcito.
A mediados de el mes de julio he tenido la oportunidad de conocer durante unos días la ciudad de Estocolmo. Pese a que hay en la red infinidad de información sobre qué ver en la capital sueca he pensado en organizar esta entrada desde mi punto de vista, contando qué hice durante tres días en Estocolmo. Acompaño el post de algunas de las fotos que tomé en la ciudad y, finalmente, compartiré también algunos tips que pueden ayudarte a la hora de pensar en Estocolmo como destino turístico. ¡Empezamos!
Antes de nada, adelantar que Estocolmo es una ciudad asentada sobre catorce islas, todas ellas conectadas mediante puentes. A mi juicio, esto le da a la ciudad un encanto único, ya que aunque no tiene playa está totalmente rodeada de mar y de barquitos. Además, Estocolmo es fácil de visitar a pesar de ser bastante grande, bastando tres días para ver lo básico e imprescindible. Te recomiendo coger ticket de transporte público para ver las obras de arte que llenan las estaciones de metro, pero si tienes ganas de andar se puede ir paseando tranquilamente a todos los puntos turísticos sin necesidad de moverte en metro.
El día siguiente a nuestra llegada visitamos por la mañana el Ayuntamiento. Hacen visitas guiadas en castellano varias veces al día y es recomendable ir con tiempo porque suelen llenarse enseguida. También se puede subir a la torre pagando un extra. Lo más llamativo del Ayuntamiento son sus salones azul y dorado. En el primero tiene lugar el banquete de los premios Nobel y en el segundo el baile.
Después de la visita, recomiendo tomarse varias horas para callejear por un barrio cercano: Gamla Stan, el casco antiguo de la ciudad. Está repleto de casas típicas suecas, tiendas de recuerdos y mucha vida. Las calles y callejones están empedrados y hay bastantes cuestas, así que lo mejor es llevar calzado cómodo. En este barrio se encuentra la Catedral, el Parlamento y el Palacio Real, cuya ceremonia de cambio de guardia tiene lugar a las 12.10 en verano. Para conocer mejor la historia y los orígenes de la ciudad de Estocolmo es interesante hacer una visita guiada por este barrio. Hay un free tour en castellano todas las tardes. Se trata de un tour gratuito al que tú pones el precio al terminar la visita, dando una propina.
Por último, pasando a la isla donde se asienta el Barrio de Sodermalm se encuentra el mirador de Montelius Vagen, desde donde se obtiene una vista espectacular de Gamla Stan. Hay que subir bastantes cuestas hasta llegar allí, pero al ser el mirador una especie de parquecillo podrás descansar tranquilamente al llegar arriba, ¡y con unas vistas inmejorables!
En Estocolmo hay infinidad de museos. Sin duda el más famoso es el Vasa, situado en la isla de Djurgarden. Este museo está centrado en la historia del Vasa, un barco del siglo VII que naufragó por un defecto de diseño en su viaje inaugural y, tras ser rescatado del océano en los años sesenta, se conserva íntegro dentro del museo. Adoré este museo, merece la pena echar la mañana recorriendo sus cuatro plantas y admirando lo bien conservado que está el barco. El Vasa ofrece visitas guiadas en castellano incluidas en el precio normal de la entrada.
En la misma isla y muy cerquita del Vasa se encuentra Skansen, un museo al aire libre que representa la vida tradicional sueca. Junto a la zona donde se encuentran las casas tradicionales hay también un zoo con animales escandinavos. Para mí lo más llamativo fue ver que en Skansen hay gente realizando sus oficios de manera tradicional: entrando en las diferentes casas puedes ver a carpinteros haciendo muebles, pasteleros (y comprar un postre típico sueco, ¡ñam!), trabajadores del vidrio,… Merece la pena visitar Skansen, sobre todo si viajas con niños pequeños. No obstante, si no tienes tiempo y tienes que decidir, optaría por visitar únicamente el Vasa.
Igual sólo me pasa a mí… pero el último día suele ser el más ajetreado, intentando aprovechar el viaje al máximo antes de volver a casa. Empezamos paseando por Gamla Stan para entrar en las tiendas de souvenirs y comprar alguna cosa que llevarnos de recuerdo.
Después de una mañana pateando por el casco antiguo, comemos algo temprano y antes de las dos nos hacemos con un bono de transporte de 24 horas. Ir a Estocolmo y no montar en barco es como ir a París y no ver la Torre Eiffel (palabras de mi padre, jajaja), así que aprovechamos que el transporte público incluye algunos traslados en barco para dejarnos llevar sin saber muy bien adónde vamos, simplemente disfrutando del paisaje en la cubierta. Después del paseo cogemos un metro para ir a Sodermalm (bajar en la estación de Slussen), el barrio bohemio de la ciudad. Cerca de la estación se encuentra la Iglesia de Katarina (llamada “iglesia maldita”, porque se ha incendiado en varias ocasiones) y, justo detrás, el mirador de Master Mikael Gata, un buen sitio para sentarse a descansar con unas vistas preciosas de la bahía.
Para finalizar el día, volvimos al metro de Slussen con el fin de visitar estaciones de metro, sin ir a ningún sitio en particular. Dicho así suena raro, pero es que el metro de Estocolmo es considerado la galería de arte más grande del mundo. El 90% de las estaciones están decoradas por diferentes artistas con esculturas y relieves que asemejan a cuevas. Dos estaciones que considero preciosas son T-Centralen (la principal, punto de encuentro de las distintas líneas de metro) y Radhuset.
Y para finalizar…
– Traslado del aeropuerto al centro y viceversa: Yo utilicé los autobuses Flygbussarna. No son tan rápidos como el tren, pero salen por mitad de precio (no sirve el abono de transporte público). El trayecto es de unos cuarenta minutos.
– Comida típica: En Estocolmo son típicas las albóndigas suecas (Kottbullar) y, en general, los dulces. El Kanelbulle es quizá el que más se ve, una especie de bollo de canela delicioso.
– Estocolmo es una ciudad que se puede ver en pocos días. Además, es una ciudad terriblemente cara, así que si te vas de vacaciones “largas” tu bolsillo lloriqueará mucho.
– Si vas a coger el metro para ver estaciones más que para ir de un lugar a otro, lo mejor es hacerlo a partir de las seis de la tarde. Los suecos son madrugadores y se acuestan pronto, así que a esa hora no hay mucha gente en el metro.
– No sigas un “plan de viaje” preestablecido. Parte de algo en lo que apoyarte, pero déjate guiar por tu intuición e improvisa de vez en cuando, ¡es el secreto para disfrutar al máximo del viaje! (;
¡Muchas gracias Elena!
Me iría a Estocolmo ahora mismo con los ojos cerrados… ¡Me guardo este post para cuando pueda hacerlo! 🙂
Un comentario
Que bueno post, no conozco Estocolmo por los pelos (pasé por Suecia hace 3 días, pero de pasada, así que me lo apunto para la próxima) pero me parece un tour muy completo por la ciudad, ademas de que las fotos son preciosas. Yo quizás cambiaría el metro por la bici ^_^